no me puedo esconder ni un segundo más
rebalso, me inundo, me ahogo
siento cada centímetro de la piel
bañándose en un mar como de sueño
de trance dhármico imposible
no puedo dejar de tocar
de sentirlo en cada yema de cada dedo
las cenizas caen
encendidas sobre mis nudillos y no me quemo
el mar las devora
no voy a dejar que se hunda mi cuerpo en el placer mucho tiempo
que se vuelva de acuarelas aromáticas
peligra en el perfume mi hilo de voz
hilo que quiere decir y no puede
enmudece en el perfume
se flagela en las pupilas
todo es amarillo
afuera la lluvia moja las baldosas
discreta
encantadora
los vidrios de mis anteojos se empañan
10.01.2009
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